Doulas o exagerar el enemigo externo

Seré breve.      Y seré autocrítica 

Existe un término en Twitter que recomiendo seguir que se dice  #YoNoPaso . En él, muchas compañeras están dejando sus opiniones sobre enfermería defendiéndose de otros colectivos; y otras exponiendo autocríticas en lo que ven que se puede mejorar. Me temo que soy de las últimas.

Sobre las Doulas. Pues miren ustedes, mi opinión se resume en : Si Enfermería hiciera bien su trabajo, no habría problema con las Doulas.  Así…tan sencillo, o no.

Las Doulas aparecen en los países nórdicos como esa figura que apoya durante el embarazo y en especial tras el parto. Son esa figura que antes estaba cubierta con las familias extensas conviviendo en el mismo domicilio. Abuelas, hermanas, cuñadas, se apoyaban mutuamente ocupándose de hacer la comida, higiene de la casa, ropa, dudas en el cuidado del bebé y la mamá en primerizos…

Eso se ha perdido. Ahora las mujeres tras dar a luz, con episiotomías extensas, cirugía abdominal por cesárea, anemias,… están solas, y no solo para cuidarse ellas sino para cuidar también de un recién nacido completamente desvalido.

Ahí, aparecen las doulas, como personas de apoyo doméstico especializadas en ese momento vital. Y hasta ahí todo bien, creo yo. 

Cuál es el problema, y dónde aparece por mi parte la autocrítica? En la atención hospitalaria y de Atención Primaria.

Si bien es cierto que hay muchos, la mayoría, de profesionales de obstetricia sensibles, cariñosos, atentos,… otros no te miran a la cara, no explican nada: ni pruebas, ni tratamientos,… ni piden permiso, ni tan siquiera avisan.

Recuerdo con mi primer embarazo, en mi primera visita a la ginecóloga, que tras lo que yo creía una revisión de rutina concluida, sin aviso previo, valoró el fondo uterino con una mano en la barriga y la otra la metió de golpe…. pues eso… y sin avisar.. pues tampoco es así.

Es un solo un detalle, pero un detalle muy feo. que da miedo, pues no sabes qué va a ser lo siguiente con lo que no te avisen estando dentro de tu cuerpo. En el siguiente embarazo me cambiaron de médico por cuestión de agendas, y esta era más agradable, pero la enfermera era, sintiéndolo mucho, cero empática, es más, antipática. Me pedía mal las analíticas, olvidaba determinaciones por mi patología crónica, y se enfadaba cuando yo, como enfermera y sanitaria del SERMAS y sin ella saberlo, acudía a las revisiones obstétricas con las determinaciones hechas, incluso estando éstas fuera de rango y precisando modificaciones farmacológicas importantes para la salud de mi bebé.

Modificaciones que no se habrían sabido necesarias de no haberme realizado yo la petición como sanitaria. Pues aún así, y viendo que se había equivocado y me habrían tenido ue volver a pinchar, se enfadaba y me reñía por habérmelo pedido. 

En el primer parto me separaron más de 7 horas de mi recién nacida, y tuve suerte de que necesitaran desalojar la REA y me “echaran” a la planta con mi hija. El “protocolo” es que si te hacen una cesárea por la tarde no puedas ver a tu hijo, ni alimentarle del pecho,… hasta el día siguiente por la mañana, por cuestiones de “organización del centro”. Iba a estar 20 horas separada de mi recién nacido y sin haberlo visto siquiera, por ” organización del servicio

“!!!! No entraré ahora a valorar, solo explicitar mi indignación, miedo y decir que YO valoro esto como ” violencia obstétrica”

En conclusión, si los profesionales tratamos con cariño (sí, digo cariño) y educación, las mujeres no sentirán que les pueden hacer daño, ser ultrajadas sin previo aviso o mal tratadas, y por ello, necesitan con ellas a alguien “que no esté de parto”, o con días sin dormir, doloridas, agotadas, vomitando…..que las defienda.

Defenderlas de…de nosotros!!! #YoNoPaso por ese tipo de asistencia, ese tipo de enfermería.

Y sí, mal que nos pese, somos los primeros que , en ocasiones, trabajamos sin seguir la evidencia científica existente. Así que, menos atacar a las doulas por su falta de evidencia al “opinar”, y más ponernos las pilas para no perder clientes, y ” asistir y trabajar” basados en evidencia.

Comentar: Qué poco me gustan las estrategias de buscar enemigos externos para cohesionar al grupo al rededor del “líder” incluyendo mencionar grupos como “El parto es nuestro” que hasta ahora suelen “opinar” como sanitarios que son muchos de los miembros, con evidencia y exigir que tratemos bien a las usuarias de la sanidad, mal que nos pese.

Estimado Sr González Jurado del CGE ruego rectifique incluir a esta asociación en el informe sobre “nuestros enemigos” , y más apoyar campañas como “Exige una matrona” para garantizar que las matronas no tienen presión excesiva y pueden atender a las usuarias con la mayor delicadeza posible.

Gracias a todas mis matronas, y a la gine que me atendió el segundo parto. Es lo que tiene poder comparar y ser sanitaria, que sabes apreciar el buen hacer y lo conseguido a pesar de todo lo que había en contra.

Sobre Enfermería Comunitaria y la gestión de la Atención Primaria. Si la enfermería realizara las visitas puerperales en el domicilio para valoración de la madre, hijo y familia, y para el debido soporte y activación de recursos, como estaba diseñado en el principio y se hacía en algunos sitios … recurrirían las mujeres y familias a contratar a doulas no sanitarias con la intensidad y modo con la que lo están haciendo?

#YoNoPaso por el discurso fácil y el locus externo.

Sobre evidencia en las prácticas asistenciales y “alternativas” recomiendo la entrada de mi querida Azucena Santillán @Ebevidencia http://ebevidencia.com/archivos/3035

¿Te ha gustado? ¿Lo compartes en redes?

Deja un comentario